porque todo lo que pienso, todo lo creo sobre el momento que atraviesa mi maltratado país, lo sintetiza Héctor de excelente manera en Ficción Caracas. Por eso, me tomo el atrevimiento de copiar aquí sus palabras textualmente:
Pero no convencen
Un abyecto personaje (o personaja, según las convenciones vigentes enVenezuela), salido del más recalcitrante caldo del resentimiento, amenaza durante un programa de TV con el apocalipsis si el resultado les resulta adverso. La revista Interviu, en un artículo plagado de imprecisiones, recoge similares testimonios por parte de los Carapaica (un grupo armado, o al menos tolerado, por el gobierno). Amenazan. Vociferan. Muestran armas. Disparan eventualmente andanadas de plomo para que los vecinos recuerden que viven en un polvorín. Nadie sabe cuál de esos que saluda en el ascensor del bloque, es el asesino que se encapucha y exhibe armas de guerra. Nadie dice nada… Los empleados públicos son acosados. Pasan listas en las marchas. A vestirse de rojo todo el mundo (¿Y por qué carajo? se oye la frase subir lentamente desde el esófago. Cuando estalle va a ser indetenible). Una nauseabunda changa promete Palo por ese culo, a todo volumen. Barreto (el alcalde de Caracas, para los que llegan tarde) amenaza con Marxismo por ese culo en una transmisión en vivo (¡Qué fijáción por esa parte de la anatomía humana! Curioso, ¿no?). Hasta en la victoria son bajos. El muchacho malcriado de la casa. El fracaso educativo de la mamá vieja y cansada. Malcriados, bocones y pendencieros; pendencieros, bocones y malcriados, parafraseando a Kipling.
Una incapacidad visceral de ofrecer espacios al adversario. Una tara. El gran chamán vocifera poseso. Mi reino no es de este mundo, parece decir cuando habla del imperialismo mientras su pueblo le pide casas y cloacas.
Hay que releer (aprovechando que lo reeditó Alfaguara) El diario del enano. Y La guerra del fin del mundo. Allí hay unas claves.
En los centros electorales, durante la jornada de ayer, reabrieron mesas a la fuerza. Es verdad. Llegaban autobuses con gente adentro que votaba luego de que la mesa había sido cerrada, con la complicidad armada de los miembros del Plan República (efectivos del ejército). Ojo, no ganaron con ese procedimiento, sólo demuestra su manera de proceder. Dos africanos que no hablaban ni papa de español fueron vistos votando en un centro. Ojo, no ganaron con ese procedimiento, pero…
Envenenaron a los efectivos de la Guardia Nacional. Envenenaron a los soldados. Envenenaron a los policías. Envenenaron a los vecinos y a los amigos y a los familiares. Soldados y policías toman partido en la contienda con el fusil al hombro y la pistola al cinto. Un europeo palidecería de las barbaries que la gente tolera a diario en cuanto a ese tipo de cosas. Un policía, por ejemplo, manejaba su moto ayer, uniformado, mientras un civil, de parrillero, ondeaba una bandera del PPT. Pueblo en armas…
Chávez hace mucho tiempo cruzó la línea. El problema de la intolerancia y el demencial resentimiento y la ausencia de capacidad de concertar y de discutir con sindéresis, y la mentalidad militar y el delirio megalómano… todo lo que mueve cada uno de sus pasos, todo lo que mueve cada músculo de su rostro, no parece que pueda resolverse con los mecanismos establecidos en las democracias convencionales. Pero hay que saber esperar y tener paciencia. Los venezolanos están haciendo un doctorado de civismo y madurez política. Algunos, claro. No los talibanes que abuchearon a Rosales por reconocer la derrota. Sino los otros, los que saben que ahora, después de las navidades y después de reponer fuerzas, es que empieza el trabajo: decirle a esa señora que le pagaron la misión doble (unos 400 dólares) un día antes de las elecciones, que eso es pan para hoy e incertidumbre para mañana.
¡Pobre Chávez! El poder, con su capacidad de aplastarlo todo, irrumpió con violencia en un alma vacía y desnutrida y generó un monstruo. Un monstruo rehén de sus miedos. Como aquel tipo que vació la cacerina de una pistola contra una rata, porque no controla el terror que le producen.
Chávez vence pero no convence. Con él nunca habrá paz. Ni solución a nada. Ni gobernabilidad. Ahora debe responder por las demandas de sus incautos seguidores. Ahora es que empieza el asunto para él. Calles trancadas, huelgas de sangre en las plazas públicas, damnificados viviendo en la calle. Sólo piden una casita, una casita que el gobierno no les ha construido. Como los venezolanos del ta barato, ellos todo lo compran hecho. Por eso es que no construyen casas, les ofrecen dinero para que compren alguna que esté en venta. Ahora le toca al pueblo, como dice el slogan del que tarde o temprano se arrepentirán de haber echado a la calle. A ese pueblo ingenuo y manipulable que da su voto campaña tras campaña; a ese que algún día agotará su paciencia. Su mansedumbre.
La Alemania de Hitler también creyó estar haciendo lo correcto. Hitler también gozó de abundancia en las encuestas. Hoy se horrorizan de ellos mismos. Despertaron de un sueño profundo y se dieron cuenta, asqueados, que estaban masticando excrementos. De súbito, v0lvió a ellos el asco y la sensatez. Hasta la vulgaridad, el odio y el resentimiento, pasan.
Por ahora, para su despecho, vencen pero no convencen. Nueve millones de electores no se sintieron motivados a bailar en la fiesta del resentimiento y la vulgaridad que ofrece Chávez.
A pesar de los millones ofrecidos, de las amenazas armadas, de la extorsión.
Vencen, pero no convencen.
asi mismo es, vencen pero no convencen… buena frase!!!
Saludos Lennis!!
El articulo en su totalidad es excelente… quizás pocos se puedan atrever (sin intención, me disculpo), a decir de forma directa nuestros males y verdades, que son nuestras realidades. Ahora más que pensar en ganar para si mismos el pan duro de todos los días, deberíamos seguir ahora también por nuestros sueños. Que conclusión sacarías después de leer esto?, si, esa! a trabajar por una Venezuela para todos. Se que no somos muchos, pero aún tengo esperanza.
PD: voy conociéndote Lennis y me a encantado el articulo de Eduardo Liendo, es un Dios.
Saludos y besos de Maracaibo.
Saludos Carolina. Por algún motivo que desconozco, no me llegó a mi correo tu comentario. Qué bueno que te guste este espacio, es un aliciente a seguir dejendo mis ideas en él.
Gracias por tu visita y tu comentario