What if i was not your only friend
In this world
Can you take me where you’re going
If you’re never coming back
Last stop: This town
A menudo me he preguntado si sería capaz de escribir una autobiografía. Y no, no es que crea que tengo lectores interesados en saber sobre mi vida. En realidad lo que me pregunto es si seré capaz de escribir con absoluta honestidad las cosas que he vivido y que sólo yo (o algunos poquísimos involucrados) puedan saber.
La pregunta vuelve a surgir en estos días, después de la relectura de Cosas que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett (AKA Mr. E). La pregunta vuelve insistentemente porque este título, editado para Venezuela y América Latina por la Editorial PuntoCero, es de las cosas más honestas que he leído en los últimos años. Desnudarse ante los ¿cientos de miles? potenciales lectores que puedan leer tu libro no debe ser cosa fácil. Contar tus complejos, traumas, miedos, dudas, alegrías, ilusiones, amores y decepciones debe ser más bien embarazoso. Sin embargo, Mr. E logra llevar a cabo su cometido con gran acierto.
Apelando al lenguaje directo y sencillo, pero no por eso desprovisto de reflexión y ternura, lleva al lector a lo largo de su vida y lo hace partícipe y cómplice de los momentos que marcaron a este músico de Virginia: la relación con sus padres y su hermana, la dualidad de vivir la tragedia/maravilla de ser el único sobreviviente de su familia y cómo influyó todo esto en su música. Y descubrir un día que se ha perdonado a los padres por los errores cometidos, se ha comprendido el suicidio y se ha llegado a entender que el dolor y el sufrimiento tienen que servir para crecer. Para fortalecer. «He terminado por apreciar las sorpresas de la vida e intentaré confiar en esta».
Que si eso no ha producido belleza, entonces no ha valido la pena.