La ciudad es un tema recurrente de algunos escritores. Hay una fascinación por ese espacio que algunos no logran ver sino como un montón de edificios, carros y bullicio, semáforos dañados, motos y ropa colgando de los balcones, tiendas y buhoneros. Pero a veces uno se tropieza con un escritor de esos que hacen ver más allá de todo el caos. De esos que muestran historias donde uno sólo ve una avenida congestionada. De esos que son capaces de escribir un poema que lo haga a uno reconsiderar ese pedacito de planeta en el que vive.
De esos escritores es Gustavo Valle. Venezolano residenciado en Argentina que publicó el año pasado, en la Editorial Monte Ávila, Ciudad imaginaria, un poemario que me animé a leer después de haber disfrutado dos textos que publicó en su columna de Ficción Breve. Un nómada en su casa, es el primero y más conmovedor y Cuánto cuesta una ciudad, una acidísima crónica que muestra la guerra como un buen negocio. Fue después de leer estos textos que decidí asomarme a la Ciudad imaginaria. Y me encontré con una grata lectura de cielos y árboles, palabras, recuerdos y anhelos.
Aquí una pequeña muestra:
Las estrellas son las mismas,
brillan idénticamente
en los techos de todas las ciudades.
El viento empuja
carteles descacarados,
sube por calles donde vuelan
palomas mugrosas
agita las páginas del anciano
que lee en el parque.
La lluvia es la misma
cuando lava las aceras
y empuja la hojarasca
hacia esquinas ignoradas.
También los árboles son idénticos:
tiznados, heróicos, rotundos
A lo largo de las aceras,
como una galería de columnas,
sostienen ciudades
para que no se caigan.
EUCALIPTOS
No los eucaliptos
en lo alto de las ramas
bamboleadas por el aire
sino los que mi madre corta y seca
y acomoda en el envase
para darle a la sala
ese aroma en hojuelas
eso dócil
y pétreo
de lo mustio.
YO ESCRIBO DE ESPALDAS
Yo escribo de epaldas
con el rostro y la ruta
muy lejos de mí
Así la tinta ordena sus propósitos
Así la mano ensaya el hilo que desata la tela
Yo escribo de espaldas
desde una mirada en ruinas
y temo ser alcanzado
por las huellas de mi paso
La memoria se agolpa de pronto
reúne sus mareas
en la horizontalidad de la mesa
Yo escribo de espalads
con la luz y la ventana a la zaga
dibujando un acento
en la voz de los reversos
Así la mano ensaya el hilo que desata la tela.
EL REFUGIO
Un refugio quiero
no una casa ni una patria
un pequeño lugar sereno
si es que acaso sea
un lugar lo que quiero
Un refugio apenas
donde leer tranquilo
y hacer el amor pensando
solamente en hacer el amor
Quzás una hamaca o un poco de arena
donde tumbarme y escribir las cartas
que no he respondido
O mejor un balcón, una ventana
donde saludar a los vecinos
y seguir con la mirada
el dibujo loco de los pájaros
Digo refugio
pero no es exactamente eso
Es un gesto del tiempo
una cierta cadencia del día
un olor a lluvia suave y persistente
cuando hacemos el amor pensando
solamente en hacer el amor.
NADA
Detrás de lo recuerdos impera la voz, dicen
Detrás de los recuerdos habitan los sentidos.
Mas nunca falta quien diga:
detrás de los recuerdos
caminan otros recuerdos,
qeriéndonos sumergir
en una vorágine de espejos.
Yo digo
nada hay tras los recuerdos.
CARACAS ESTÁ EN TODAS PARTES
Monto en bicicleta
hacia el puerto de Amsterdam
y me encuentro en Caracas
en las naves industriales
En el aire de París
en el mes de diciembre
ventilan los aromas
de las plantas de mi madre
Leo una revista
en el Ateneo de Madrid
entre sus páginas aparece
bajo el número 14
Ahora sé lo que soñé
en aquel tren submarino
que me llevó a Londrés
Entonces pienso:
todas las ciudades
están hechas de una sola
Ya no la busco
prefiero alejarme
ella es el tránsito
avión, tranvía
un largo viaje
a quién sabe dónde
Para hacerse invisible en su propio valle
Caracas está en todas partes.
Los venezolanos en el exterior, estamos escribiendo y expresando lo que nos sale de la soledad interior, del dolor de estar lejos de nuestra amada Venezuela.
Un abrazo Lennis
Lo maravilloso es que esa soledad esté produciendo textos tan buenos.
Gracias por tu visita Antonio.
me encanta sobremanera «nada»..detrás de los recuerdos..queriéndonos sumergir en una vorágine de espejos..
sencillamente grande.admiro tanto a los poetas..tanto dicho en tan poco.
abrazo lennis.
Estoy de acuerdo contigo manolito. Una de las cosas que me gusta de la poesía es esa, su concreción. Decirnos tanto con tan poco.
Un abrazo.
Qué hermosos poemas.
Gracias.
Un abrazo.